Los cortes de luz traen recuerdos
de los ’80, época en la que la empresa que suministraba el servicio era
nacional
Mientras Francisco daba su
testimonio sobre un confuso hecho que involucraba a la empresa de seguridad de
su apropiador, el edificio de Comodoro Py quedó a oscuras debido a un corte de
luz.
A oscuras: parecía una metáfora de
lo que se venía escuchando en la sala: Abel Madariaga contaba al tribunal las
noticias que le habían llegado de Silvia mientras estaba en cautiverio y cómo
fue la búsqueda de su hijo. Sus palabras mostraban la oscuridad que vivió en su
país, en el exilio y en el regreso.
Concluido eso, salió a mezclarse
con los espectadores y la penumbra del relato se disipó en un aplauso, abrazos
y lágrimas de emoción.
Cuando le llegó el turno, Francisco
respondió a las preguntas que le hicieron sobre su relación con el apropiador
con más palabras que daban un dejo de tristeza. Malos tratos, hostigamiento,
situaciones poco claras. Oscuro… Acto seguido, corte de luz.
La sala quedó en silencio, luego
las preguntas y la resolución de vaciarla hasta que volviera el suministro.
Pasaron los minutos y la gente que
salía por un café y volvía; otros, cigarrillo en mano, iban a averiguar cuánto tardaría
el apagón. No había respuesta aún.
Pero a pesar de la falta de energía
eléctrica, habían empezado a verse las caras luminosas de un padre y un hijo
que estaban acompañados de muchos seres queridos en búsqueda de la justicia.
NdR: Aclaro en el título del post que es una nota, porque es un TP para la facultad que hice el año pasado. Iba a ser publicado, pero nunca llegó, por eso no hay título tampoco.
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