2 de septiembre de 2019

La salud (sexual) de nuestros hijos

"Con mis hijos, no", arengaban un montón de personas que confunden Educación Sexual Integral con "ideología de género" e hipersexualización de los chicos.
¿Acaso van a la puerta de Ideas del Sur a gritar "con los chicos, no" mientras montones de menores observan, desde la tribuna y so pretexto de ver un certamen de baile, escenas que rayan con lo erótico, con cuerpos semi desnudos, escándalos de conventillo y un montón de conversaciones que difícilmente comprendan? ¿Acaso van a pedirle a la Defensoría del Público que intervenga cuando se transmiten contenidos de altísima sensibilidad o de la intimidad de algún famoso o noticias truculentas y sin respeto por las víctimas y familias, dentro del horario de protección al menor? ¿Acaso leyeron, alguna vez, que en los casos de abusos lo que mas raja el alma es el silencio impuesto por el abusador y que la víctima, muchas veces, ni siquiera reconoce que está atravesando por una situación que no es elegida ni consentida y es violenta? ¿Acaso suponen que vendrá un docente a decirles que elijan su sexualidad? ¿Acaso saben que en las casas se habla poco y nada de sexo y no digo de la práctica, sino del universo que rodea a todo ello, que también habla del cuidado del cuerpo y la mente en pos de tener individuos sanos y se apunta a la prevención de abusos o, al menos, de silencios y encubrimientos y favorecer al debido tratamiento para la víctima? ¿Le dicen al Estado que no brinde ESI pero le piden que hagan algo por el control de la natalidad y de las ETS y después hablan de la pollera corta? ¿A quién se le ocurre que la educación sexual promueve a la práctica? ¿No leyeron estadísticas de embarazo adolescente? ¿Y de la cantidad de casos de sífilis? ¿Y de los adultos con HIV con tasas ascendentes?
Con sus hijos no, ¿qué? Y cuando ocurra el abuso, ¿a quién le van a pedir intervención? ¿Y cuando haya lesiones por alguna ETS no curada? La salud sexual es mucho más que hacerse un pap y mirarse el pene. La salud sexual es física y mental. Es mantener la vida sexual que a uno le plazca no sólo evitando embarazos o "pestes" sino también evitando el maltrato, el abuso, la pérdida de control sobre el cuerpo propio y el respeto por el ajeno. También es llamar a las cosas por su nombre y dejar de decirle "colita de adelante" a la vulva y "pitilín" al pene. Es trabajar educando niños sanos para que sean adultos en consecuencia a ello. Es aprender a marcar los límites entre el exterior y nuestra piel, es reconocer que algo no está bien y no dejar que avance.
Mientras más se interponen en este camino, la ignorancia crece en la oscuridad de un cuarto cerrado, en el que cualquiera pueda servirse de otro sin que este otro pueda decir "con mi cuerpo, no".