15 de septiembre de 2015

¿Y si el cielo realmente existe?



“¿Y si mi mamá se va al cielo?” le preguntó Isabel de 5 años a su abuela ante la incertidumbre de no saber si iba a volver a ver a su mamá, que estaba internada muy grave y ella, apenas, la había visto ir la mañana del martes sin saber que esa sería la última que compartiría con su madre.
Me pregunté, entonces, si el cielo existe realmente. Automáticamente, mi respuesta atea es que es un sitio que nos inventaron para esperar por una vida nueva en la tierra cuando llegue el día de la resurrección de la carne.
No sé como explicarlo, pero de golpe quise creer en que el cielo existe para poder contarle, algún día, a Isabel, que su mamá la va a cuidar desde allá lejos, sentadita en una estrella.
También necesité creer que el cielo existe para pensar que, entonces, Nadia dejó de sufrir y se reunió con su papá y su abuela, a quienes ella amó y su partida la desencajó.
Son los días en los que ser religioso te acaricia un poco el alma, porque si depositamos en la voluntad de Dios lo inexplicable y doloroso de la muerte, estaremos menos mal. A los que no creemos, nos pasa que buscamos motivos terrenales contra los que no podemos luchar, porque ya está, ya pasó, qué podés hacer ahora.
Si pensás que Dios quiso eso, pensás que la persona está en un lugar mejor y queseyó cuanta cosa que hace que el dolor se reduzca al más allá y en el más acá todo se hace más ligero.
Nunca hay una receta que te ayude a transitar la muerte de una manera no traumática. El famoso “estoy preparada” no es tan así, porque cuando llega el momento, a la hora de los bifes, es imposible no caer en la pregunta que no tiene respuesta: “¿Y ahora cómo sigo?”
No es fácil para un adulto, y estimo que tener que explicarle a una niña que pide ver “un ratitito” a su mamá, decirle que eso no va a ser posible, debe de ser una de las peores tareas, más difíciles que los trabajos de Hércules.
Por momentos desearía no querer saber si el cielo existe o no. Por momentos quiero que exista y así pensar, como quien cree en los Reyes Magos, que allá están mis amigas y mi abuela y que un día que no se cuál será, las voy a ir a visitar.