1 de diciembre de 2020

El futuro ya llegó

 


Sinceramente, no leí a Orwell. A esta altura, no lo creo necesario. El futuro ya llegó y es peor de lo que pensábamos. Nos hicieron creer que veríamos autos volando y sólo veo carpetazos.

Si jugáramos al “Yo nunca” terminaríamos borrachos. Porque, a lo largo de nuestra vida, decimos cosas, pensamos cosas, modificamos, nos desdecimos, volvemos a pensar y también, lastimamos. En medio de todo eso, crecemos. Y el mundo cambia y los tiempos también.

Twitter es una red social como otras. La particularidad que tiene es el uso de la palabra. En el principio, sólo había 140 caracteres y, con ello, teníamos que arreglarnos para plasmar una idea. La que fuera. También, claro, fue una red social que medía el opinómetro popular. Políticos, medios de comunicación, empezaron a ver qué pasaba en los millones de usuarios a nivel mundial. Qué era TT (trending topic, aka tendencia) tal día. Años atrás, los recién llegados, usábamos avatares fakes o el famoso huevo. Por las dudas, qué se yo. Algunos se animaron a twittear con nombre y apellido, qué valientes. Usábamos el hashtag #FF (Follow Friday) para recomendar cuentas, otros tiempos. En esos otros tiempos, nos reíamos de todo. Literalmente, de todo. Era la red más políticamente incorrecta e irónica. Para muchos de nosotros, fue un lugar a dónde depositar quejas, sarcasmo, insultos, chistes negros, verdes, multicolores. Un lugar a donde ser cancheros, por qué no. Twitter nos conectó a los ignotos con periodistas, farándula, políticos. En cierta forma, emparejaba. Bueno, teníamos a nuestras estrellas, los Twittstars, claro. Esos de miles de seguidores y que, quizá, te largaban un fav que, entonces, ya era una cucarda.

Un buen día, Jack permitió que subiéramos fotos. Otro, amplió a 280 caracteres. Más adelante, permitió los hilos. Fueron mejoras y actualizaciones a la red y, a muchos, nos encantó. Twitter empezó a ser una red con texto e imagen, pero que no se parecía ni a Facebook ni a la emergente Instagram. Así y todo, los políticos se desvivían por tener presencia y, no menos cierto, trajeron a los trolls para crear opinión, generar ruido, etc etc. Twitter, sin dudas, es una red política. Algunos lo entendieron muy bien y otros, se sientan a llorar tweets por ello. Váyase a Facebook, como respuesta a todo.

En medio de los usos y costumbres, el idioma inventado y todo eso, vinieron los carpetazos. Porque la corrección política no podía quedar afuera de una red netamente discursiva. Podemos dejar, aparte, que todo es discurso, pero me refiero a la escritura. Es terrorífico lo que pasó con Los Pumas y el velorio de Maradona.

Hace unos días, en chiste, comenté que velamos a las instituciones de Argentina el 19 y 20 de diciembre del 2001, en la Casa Rosada. El sepelio del astro, en el mismo lugar, casi 20 años después, marcó no sólo el fin de una época deportiva sino la despedida a la libertad de pensamiento. Si bien es cierto que, en este país, se condenaba a quiénes no lucían divisa punzó en una época y crespón negro en otra, lo que pasó con la lupa sobre la despedida a Maradona es digno de estudio. La escuela argentina de catadores de duelos salió con su doble vara a medir con pluviómetro las lágrimas derramadas. De ahí se entiende el papelón de Iudica: al final, nos reímos de él, pero fue astuto.

Los Pumas no hicieron parafernalia luego del haka que los All Blacks le dedicaran al 10 del fútbol y, las mismas personas que salían a cazar machirulos, desplegaron toda su neurosis en la búsqueda incansable de algo para estropear la imagen pública de esta manga de chetos malagradecidos. Y lo encontraron, claro. Pero no es que encontraron tweets sobre Maradona, sino comentarios -algunos graciosos, otros muy cuestionables- que hicieron ¡hace 8 años! Uno de esos jugadores tenía 17 años. Es muy gracioso como si un adolescente roba y/o mata, tenemos que comprenderlo porque es menor, porque está segregado del sistema y toda la pirinola pero no podemos ajustarnos a que los comentarios del capitán Puma sean dignos de un adolescente tonto, que dijo cosas y bueno, las dijo. En un tiempo y un contexto determinado.

La policía del pensamiento, entonces, salió a escrachar. Como pasa con muchos escraches, se vuelve en contra. Porque aun no encuentro el modo por el cual todo esto salpicó a Migue Granados. Escrachar sin tener la conciencia limpia es un boomerang que vuelve y pega fuerte. Sacando este desvío, lo sorprendente es la actitud de la UAR. Le retiraron la cinta de capitán a Matera por no representar los valores deportivos del rugby. Rarísimo. La cinta se gana, justamente, porque los representás no sólo en la cancha, sino afuera. A nadie se le otorga la banda si no la merece. Y no se le retira la banda por comentarios sacados de contexto y, maxime, de 8 años de antigüedad. Además de desmedida, la reacción de la UAR sienta un pésimo precedente para las demás instituciones deportivas. Ya ni es guarda con lo que decís, sino con lo que dijiste. A borrar tweets que se acaba tu mundo. Me parece mucho más condenable lo que le están haciendo a los rugbiers que los comentarios peyorativos que pudieron hacer. Básicamente, porque todo parte de algo que es mucho más íntimo que una parva de tweets: el sentir. Se los está condenando y carneando públicamente por no haber participado, a la vista de todos, del llanto popular. Se vio una hilera de hombres abrazados, respetuosos, mirando la ceremonia del rival, con la camiseta en el pasto. ¿Qué más tenían que hacer? Desconozco y no me interesan los argumentos que pudieran tener para no hacer nada más. Estuvieron correctos y ya. Muchos de los que repiten, a lo bobo, que las ideas no se matan, salieron con el cuchillo entre los dientes a usar el buscador de Twitter para encontrar por dónde caerle a los chetos irredentos. Tanto que arman seminarios sobre el odio, fueron a buscarles la falla porque los detestan. Y todo lo escudan en que es una reacción posterior a una acción. O sea: justifican la violencia. Porque lo que pasó es violento.

En otro lado del mapa, a Cavani lo denunciaron por usar una expresión popular. Se tuvo que disculpar.

El sentimiento que genera esto es el de “mejor no hablar a ver si ofendo”. Se le parece a la situación de las mujeres que viven con un violento, que no dicen nada para no hacerlos enojar y, cuando les pegan, se disculpan por haberlos provocado. Si, es psicopático lo que está pasando y, si bien comencé diciendo que el futuro ya llegó, siguiendo con el tópico musical, veo al futuro repetir el pasado. Entonces, no progresamos nada y estamos en un loop, como en Dark, entrando a un túnel en 2020 y saliendo en los 80. Y volvemos a entrar y salimos en los 50 y así, hasta que los viajeros del tiempo decidan cortar el sufrimiento.

El futuro ya llegó, pero mejor le voy a decir que vuelva por donde vino. *meme del ratoncito que entra/ratoncito que sale*

11 comentarios:

Ezequiel Laguna dijo...

Es muy importante destacar este post, por ello mis respetos a la autora, Pasajera en Trance.

Anónimo dijo...

Comparto y para alguien bastante nuevo en Twitter, me ayuda a entender como funcionaba y cual era el espíritu general en el pasado. Eso sí, también te van a salir a defenestar por esto ����.

Martina Ferreyra dijo...

Excelente. Lo mejor que he leído sobre el tema. La hipocresía de lo políticamente correcto según sea la tendencia política un día te encuentra en bolas y te despellaja porque no entiende que, a veces, andar en bolas es simplemente humano.

@stillCeci dijo...

Impecable y clarísima.

Anónimo dijo...

Te amo, Morgana

Ceci dijo...

no me perdono no haberlo leído más temprano, Mor aplausos de pie!!! es lo tuyo

ruben dijo...

Excelente análisis, Morg, no falta ni soba ni un punto o coma.

Silvina Medina dijo...

Increíble. Tendría que ser leído por muchos comunicadores, periodistas, políticos, cms, influencers, famosas, celebrities, faranduleros y sobre todo por dirigentes deportivos.
Impecable.

Leé 1984, vale al pena. Consejo de maestra ciruela.

Luis María Lafosse dijo...

Muy bueno, Morgana!

Unknown dijo...

Agradezco que me hayan recomendado leerte. Aplausos de pie 👏👏👏👏

Unknown dijo...

Lúcida y buscando el bien como siempre.