30 de enero de 2021

Pequeñas alegrías para estos hombres tristes

 

El 16 de enero de 2021 fue el día del vuelo de bautismo de nuestro querido perro nacional, Dylan Fernández. En una clara muestra de interés por lo que ocurre en nuestras tierras, sus papis, Alberto y Fabiola, decidieron compartirnos un hecho gozoso, para que podamos sentirnos parte de su familia.

Gracias a que Dylan tiene un regio community manager que hace posteos en su nombre, podemos sentir cómo el adorable perrito nos habla, como un Mr. Ed, pero versión canina. Para los mayorcitos, otrora Lassie fuera el perro más bueno que habrán conocido, pero llegó Dylancito para la alegría de los niños y abuelos.

Es muy lindo, porque mientras a los abuelitos les recortaron la jubilación, con la gracia de las tijeras de Don Mateo, les muestran el primer vuelo en helicóptero del can presidencial. Y uno podría pensar que este país es como un gran sketch de Don Mateo, ciertamente. Alberto bien podría ser el peluquero que tira todas las postas de macho de barrio, hincha del Bicho, seguro es fan de Ford, y Fabi podría ser su asistente bonita, vedette, exhibiéndose un poquito. Alrededor de Don Alberto, estaría la troupe de humoristas haciendo las veces de bufones: Santi, Wado y algún transeúnte más. Ginés podría ser uno de los que va como cliente, ya que estamos, podría emprolijar esas mechas. Todo guionado por el súper Abelito, mejor que los Sofovich.

No estaría nada mal, pero no es el caso estar inventándole dotes de comedia a nuestros gobernantes. ¡Qué lindo es que los niños puedan ver volar a un perrito en helicóptero! Es importantísimo para ellos que el gobierno muestre cuánto les interesan, por eso le mandan a la payasa Filomena a informarles muertos, como el personaje que encarnaba Rodolfo Samsó en “Cha-cha-cha”, la Señora Luna. Es muy bueno que los chicos sean tenidos en cuenta, pues ellos son el futuro. Por eso, el presidente Alberto, a través de su ministro Nicolás, ordenó que vuelvan las clases a las aulas. Nadie puede discutir el heroísmo de este acto en plena pandemia, ya que Alberto no sólo quiere vencer al analfabetismo sino también al malvado Horacio, alcalde de la opulenta. Está muy bien, decididamente, que vuelva a su personaje del peluquero y comience una cruzada con la lógica de no quedarse sin trabajo y destine sus esfuerzos contra el peor enemigo de un estilista: los pelados. Como Sarmiento no está vivo, lo atacan de manera simbólica y discursiva. Pero Horacio es una amenaza constante y ya que no podemos cortarle feo el pelo para reventarle la autoestima, iremos a por su presupuesto. Alberto deja ya de ser un peluquero y se convierte en el patrón de estancia que siempre soñó: llegó su hora de aplicar la ley de la billetera y el rebenque. Toda una vida preparándose para eso.

Pero tampoco la idea es pensar que Alberto es peluquero, patroncito o cosas así. No vamos a denigrar la investidura. Seamos respetuosos, por favor, estamos en pandemia. Alberto es presidente y tiene derecho a tener dos días de vacaciones, contestaron desde la cuenta oficial de la Primera Posibilitadora. Es cierto: tiene el derecho de descansar dos días e irse en helicóptero. Como la señora Cristina, que se fue un mes de vacaciones al sur. Tienen derecho a descansar, se los otorgó el General. Ah, pero Macri mandó a los docentes a las aulas, sentado en una reposera en La Angostura. Imposible así, viejo. La máquina de impedir y criticar.

En fin, mientras comemos pasteles y nos niegan el libre tránsito con medidas irrisorias de control en estaciones de subte y trenes o en los límites provinciales, abrimos Instagram para escapar a las postales amargas y cotidianas de gente pidiendo o viviendo en la calle cosa que, desde un helicóptero, no se ve.